Cálido y húmedo
pronosticaron el tiempo,
y hace días el sol,
fogosamente violento
seca y resquebraja la tierra
calcinando el aire, matando el viento.
Pero en el incierto y casi corvo horizonte
agazapadas y estrepitosas,
enormes y confundidas nubes
se hinchan y tornan sus colores,
amenazantes, insurgentes,
ganando la pulseada al astro
cubriéndolo repentinamente.
Cargada como en lotes
el agua caía,
transformando la tierra
en charcos histéricos,
que rebosados corrían
como pantanos eléctricos.
Asistido y satisfecho
recobrando su consuelo,
lujuriosamente festeja
el sacudido y aliviado suelo,
cuando luminoso se despeja
da las gracias al cielo.
27 mayo 2006
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